CÓMO VIVIR CON DIOS de Swami Chetanananda,CAP.1: VARIAS FORMAS DE RAMAKRISHNA
Actualmente, innumerables personas consideran a Sri Ramakrishna como su ideal elegido y su objeto de meditación. Se puede meditar de muchas maneras diferentes: meditar en una forma divina, en cualidades divinas, acciones de la divinidad y eventos de su vida, mensajes de los maestros del mundo, un pasaje de las escrituras, etc. Los devotos generalmente meditan en formas divinas porque cuando repiten un mantra o el nombre divino de una deidad particular, esa forma aparece en sus mentes. Debido a las impurezas mentales, cuando cerramos los ojos para meditar, vemos oscuridad o algo como niebla, o quizá alguna parte de la forma de nuestro Ideal Elegido. Pero la gente que tiene la mente pura y libre de deseos mundanos, ven la luminosa y dichosa forma de su Ideal Elegido en su totalidad. Swami Brahmananda solía decir: "Cuando practiques meditación, al comienzo piensa en la dichosa forma de tu Ideal Elegido. Eso calmará tus nervios. Piensa que Él te está mirando con un rostro sonriente lleno de alegría. De otra manera, tu meditación se volverá seca y tediosa".
Cierta vez, una mujer canadiense me dijo: "Vivekananda me gusta más que Ramakrishna".
"¿Porqué?", le pregunté.
Ella respondió: "Porque Vivekananda es hermoso".
Yo me reí y dije: "Una vez, un devoto le dijo a Swami Vijnanananda: "Swami, cuando nosotros vemos el cuadro de Sri Ramakrishna, no percibimos una personalidad excepcional. Pero en el cuadro de Swami Vivekananda se manifiesta una gran personalidad". Swami Vijnanananda respondió: "Eso no es verdad. El Maestro fue una persona extraordinaria, maravillosa. Su imagen muestra a alguien que pasó por los seis centros de la kundalini. Cuando vemos su forma plena de Dios, sentimos que está absorto en el océano de la dicha después de haber trascendido todos los centros. En esa imagen del Maestro, yo veo muchas formas divinas. ¡Qué gran poder tenía él! Viajaba por las esferas solar, lunar, estelar y de Brahma, a voluntad. Una vez, el Maestro me mostró su fotografía diciendo: 'Mira, yo estoy presente aquí. Medita en mi'. En la imagen del Maestro podemos encontrarlo todo".
Cuando el gran sabio Vivekananda compuso el canto vespertino del Maestro, escribió: "Tus puros ojos están teñidos por el colirio del conocimiento y tu mirada disipa el engaño al instante". En esta era moderna, así como un rayo láser puede en pocos instantes eliminar las cataratas de los ojos, así la divina mirada del Maestro puede borrar rápidamente todos los apegos mundanos y la ilusión de la mente humana.
¿Dios tiene forma o no, tiene cualidades o no? Cuando alguien le hacía esta pregunta al Maestro, él contaba el siguiente cuento: "Un hombre entró al bosque y vio un camaleón en un árbol. Les relató a sus amigos: 'Vi una lagartija roja'. Estaba firmemente convencido de que era únicamente roja. Otra persona, después de ir a ver ese árbol, dijo: 'Vi una lagartija verde'. Él estaba firmemente convencido de que la lagartija era únicamente verde. Pero el hombre que vivía bajo el árbol dijo: 'Lo que ustedes dos dijeron es cierto. Pero el hecho es que esta criatura es a veces roja, a veces verde, a veces amarilla y otras veces no tiene ningún color' ".
Al contar este cuento, Sri Ramakrishna indicó que él mismo era como ese camaleón y que la gente de todos los senderos religiosos llegarían a él y obtendrían la realización espiritual. No había límites para los estados de ánimo espirituales del Maestro. Swami Vinekananda observó: "El Maestro fue una personificación de la infinita espiritualidad". Swami Saradananda escribió: "El Maestro acostumbraba decir que Dios no tiene límites. Del mismo modo vimos que los estados de ánimo espirituales del Maestro también eran ilimitados". Es imposible describir plenamente quién fue Ramakrishna. En este contexto, Guirish Chandra Ghosh dijo: "Aun después de haber visto a Sri Ramakrishna por tanto tiempo, yo soy incapaz de decir categóricamente lo que él realmente es, o cuáles son sus aspectos distintivos. Lo he visto manifestarse de diferentes modos en diferentes ocasiones. Durante el festival de Panihati, por ejemplo, lo vi al Maestro en varios estados de ánimo diferentes. Desde entonces, me volví incapaz de decir si él es Purusha o Prakriti. Él me dijo que ni siquiera él mismo sabía si era Purusha o Prakriti".
En cierta ocasión, Swami Saradananda le pidió a Swami Brahmananda que aprobara un modelo de arcilla para la estatua de mármol de Sri Ramakrishna. Brahmananda respondió: "¿En qué imagen del Maestro debería yo basar mi aprobación? Aún durante un mismo día lo veía asumir muchas formas. Aveces se lo veía flaco, demacrado, con el cabello desaliñado, aveces estaba inmerso en samadhi y su cuerpo era luminoso; luego había ocasiones en que se lo podía encontrar con una figura mucho más alta y fornida que la habitual y entonces iba y venía de un extremo al otro de la veranda con grandes, largos pasos". Aquellos que vivían con el Maestro día y noche veían que él era polimórfico, podía cambiar su forma a voluntad.
Las escrituras dicen que una forma divina no proyecta sombra. Nistarini Ghosh le contó a su hijo, Swami Ambikananda: "Una vez, el Maestro vio que su cuerpo parecía un cristal. Su cuerpo no proyectaba ninguna sombra. Al observar esto, el Maestro rogó: 'Madre, ¿qué es esto? Por favor esconde esta divina belleza en mi interior. Ocúltala, porque si no, el temor va a impedir que la gente venga aquí. Yo quiero mezclarme con todos, como lo hacen otros seres humanos ' ".
La apariencia física de Sri Ramakrishna
Hay dos documentos importantes de Sri Ramakrishna como encarnación divina: primero, el Evangelio de Sri Ramakrishna; segundo, las fotografías que se tomaron de Él. En su diario, M. anotó muy minuciosamente los detalles de la vida diaria y los mensajes del Maestro. Este tipo de documentación no existe para otras encarnaciones. Las fotografías del Maestro nos muestran su apariencia física con precisión, en cambio para visualizar las formas de otras encarnaciones divinas, debemos utilizar nuestra imaginación. El Maestro adoró su propia fotografía y dijo: "Con el correr del tiempo, esta imagen va a ser adorada en muchos hogares".
Cierta vez, un monje le preguntó a la Santa Madre: "¿El Maestro vive en la imagen?" Ella respondió: "Por supuesto. El cuerpo y su sombra son lo mismo. Y ¿qué es esta imagen sino una sombra de su cuerpo?".
Algunas personas practican Trátaka para intensificar su meditación. Esta técnica consiste en mirar fijamente la imagen del Maestro o de otro objeto de meditación, sin parpadear. Cuando los ojos se tensan, comienzan a lagrimear; entonces uno medita en el corazón, cerrando los ojos. Para quedar absorto en meditación, también puede ayudarle al aspirante la descripción que Ramakrishna mismo hace de su belleza física: "En ese tiempo, mi belleza física se manifestó de tal manera que la gente me miraba fijamente", decía el Maestro. "Mi rostro y mi pecho siempre se veían color carmesí y un resplandor emanaba de mi cuerpo. Como la gente me miraba tanto, yo me cubría con un grueso chader. Le rogaba a la Divina Madre; 'Oh Madre, saca mi belleza externa y dame belleza interna'. Solía pasar mi mano por este cuerpo, dándole palmadas una y otra vez, diciendo: 'Volvete para adentro, volvete para adentro'. Después de algunos días, mi piel empalideció y me volví como ustedes me ven ahora".
Cierta vez, en el curso de una conversación, la Santa Madre describió la presencia física del Maestro con estas palabras:
"Su tez tenía el color del oro. El color de su tez se mezclaba con el del amuleto de oro que llevaba en su brazo. Cuando yo solía frotarlo con aceite, percibía claramente el fulgor que emanaba de todo su cuerpo. La gente solía hacer cola y decirse uno al otro: "¡Ah, ahí va!" cuando él salía de su cuarto en el jardín de los templos. Era bastante robusto. Mathur Babu le regaló un asiento bajo de madera para que pudiera sentarse. Era un asiento bastante amplio, pero su tamaño no era del todo suficiente para que estuviera confortable cuando se sentaba con las piernas cruzadas para comer. La gente solía mirarlo maravillada, cuando iba al Ganges con sus pasos lentos y firmes para tomar su baño. Cuando iba a Kamarpukur, todos los hombres y mujeres solían mirarlo fijamente apenas salía de la casa. Un día, iba caminando en dirección al Canal de Bhuti, cuando lo vieron algunas mujeres que habían ido a buscar agua. Lo miraban boquiabiertas y exclamaron: '¡Allá va!' Yo nunca lo vi triste al Maestro".
Alguien le preguntó a Lakshmi, la sobrina del Maestro: "Durante el samadhi, ¿en qué condición estaba el cuerpo del Maestro?" Ella respondió: "Durante el samadhi, su cuerpo se volvía inmóvil. De sus ojos caían lágrimas y a veces ambos lados de su abdomen temblaban un poco. Tenía en esos momentos una presencia extremadamente hermosa y podía verse un halo rodeándolo".
En cierta ocasión, Swami Adbhutananda le dijo a un devoto: "Mira, hay días en que ves algo que instantáneamente penetra en la mente. Lo vi al Maestro en samadhi muchas veces, pero una vez lo vi en una forma hermosa y única. El color de su tez había cambiado y su rostro irradiaba intrepidez y compasión. Aún hoy, no puedo olvidar aquella forma del Maestro".
Akshay Kumar Sen escribió en su libro Sri Sri Ramakrishna Mahima: "Tenía una frente ancha y sus labios eran hermosamente curvos, de color ligeramente rojizo. Así como una suave brisa crea ondas en la superficie del río Yamuná, así su dulce sonrisa era como una onda sobre un río, captando la serena luz de la luna. Su nuca era bien proporcionada y su voz se asemejaba al sonido de una flauta. Tenía un pecho grande y sus brazos llegaban hasta las rodillas; sus piernas eran gráciles y las plantas de sus pies eran más suaves que naranjas. Por su toque, una persona mundana se volvía espiritual. Toda su forma estaba dotada de cualidades divinas.
"Es extremadamente difícil reconocer a Dios en una forma humana. Cualquiera que sea el modo o la forma en que aparezca, nadie puede reconocerlo si Él no lo permite. Podemos realizarlo únicamente a través de la conciencia divina . Tan claramente como veo un objeto en plena luz del día, vi que el cuerpo del Maestro era pura conciencia solidificada. Así como el frío extremo transforma el agua en hielo, del mismo modo la extremada devoción del Maestro transformó su cuerpo en pura conciencia".
Mahendra Nath Datta, hermano de Swami Vivekananda, da la siguiente descripción del Maestro en su libro Sri Ramakrishner Anudhyan:
"Fue en Calcutta que lo vi a Ramakrishna Paramahamsa por primera vez. No vi en su forma ninguna característica especial. Parecía un aldeano. El color de su tez no era oscuro, tampoco era más claro que el del promedio de la gente de Calcutta. Tenía la barba recortada. Sus ojos eran normales, salvo que parpadeaban rápidamente. Sus labios no eran finos, el inferior era más bien un poco grueso. Entre sus labios, se veían algunos de sus dientes superiores. Usaba una camisa con sus mangas enrolladas hasta los codos. Después de un rato, se quitó la camisa y la puso a su lado; se cubrió el hombro izquierdo con parte de su cháddhar (especie de chal ancho y liviano). El cuarto estaba bastante caluroso y un hombre lo estaba abanicando con una larga hoja de palmera. Su lenguaje no era como el de la gente culta de Calcutta; era más bien rural. Tartamudeaba un poco cuando hablaba. Su pronunciación era como la de la gente de la parte occidental de Bengala Occidental. Decía "L" en lugar de "N". Por ejemplo: 'le dije a Laren' en lugar de 'Naren'. De vez en cuando sacaba algunas especias de la bolsita de especias que había frente a él.
Swami Nirlepananda coleccionó varias descripciones del Maestro de distintas personas que fueron a verlo:
De Swami Saradananda: " El Maestro tenía la cabeza bien formada y su espalda era como una pared recta, en otras palabras sin ninguna curva ni torcedura. Su rostro y su pecho no tenían arrugas y estaban bien desarrollados. (Se puede verificar la naturaleza de una persona, examinando la formación de su cabeza y cuerpo). Cuando vi al Maestro, el color de su tez era claro, un poco más que el de Swami Brahmananda. Tenía algún pelo en el pecho, pero (sonriendo) no tanto como yo. Sus brazos eran un poco más largos que los del promedio de la gente, pero no le llegaban hasta las rodillas. De otro modo su aspecto hubiera sido anormal.
De Tamu Datta, primo de Vivekananda: "Las orejas del Maestro estaban debajo de la línea de sus ojos. Esto se puede apreciar estudiando sus fotos. Sus ojos eran grandes y hermosos. Las plantas de sus pies tenían forma convexa".
Ya mencionamos que Swami Saradananda le pidió a Swami Brahmananda que examinara y aprobara un modelo de arcilla para la estatua de mármol del Maestro. Maharaj fue al atelier, estudió el modelo por algún tiempo y le preguntó al escultor: "¿Porqué hizo esta imagen con la espalda encorvada? Él nunca encorvaba su columna vertebral cuando estaba sentado".
El escultor dijo: "Según las mediciones anatómicas, cuando alguien se sienta de esta manera, se supone que estará un poco doblado". Swami Brahmananda replicó : "Los brazos del Maestro eran bastante largos, lo cual es muy poco común entre la gente". Sobre las orejas del Maestro, el Swami refirió: "La parte superior de las orejas de la gente común está aproximadamente a la altura de sus cejas, pero en el caso del Maestro, la parte superior de sus orejas estaba debajo del nivel de sus ojos." Más tarde, cuando el escultor hubo corregido el modelo como correspondía, el Swami retornó al atelier y dio su aprobación.
Vaikuntha Nath Sanyal describió la belleza física del Maestro de un modo poético:
Cuando vi al Maestro por primera vez, su estatura no era ni alta ni baja. Tenía una estatura mediana, pero sus brazos eran un poco más largos que los del promedio de la gente. Tenía los dedos firmemente entrelazados, como si estuviera absorto en la adoración de una deidad invisible. Su pecho ancho era de color carmesí; tenía tez clara, de un color mezcla de cúrcuma y pintura roja pero con un ligero tinte bronceado. Sus labios eran de un rojo bermellón. Sus grandes ojos permanecían cerrados mientras escuchaba las glorias del nombre de Dios. Solía repetir 'Govinda, Govinda' y frotarse los ojos para poder bajar del samadhi. Sus cabellos y su barba , ni cortos ni largos, estaban enmarañados. Su vestimenta era una delgada tela con un fino borde rojo. Se cubría un hombro con parte de esta tela. Algunas marcas redondas sobre su abdomen habían sido causadas por un médico rural quien lo marcó con un hierro caliente ara curar su bazo agrandado. Su figura había sido fuerte y fornida pero más tarde se volvió esbelta y de piernas flexibles.
Así como la luna baña el interior de un cuarto con una tenue luz, así el cuarto del Maestro quedaba iluminado por su belleza física. Su rostro era afable y cariñoso. Con toda humildad, se sentaba sobre la alfombra con los devotos y los encantaba hablando de Dios. Sus palabras eran dulces e inspiradoras. Aunque en la habitación no había ni flores ni incienso, percibí una dulce fragancia que emanaba de su cuerpo, como la de una flor de loto. Ishan Mukhopadhyay, un gran devoto de la Madre, observó: "Aquí percibo la misma divina fragancia que la que siento en el templo de la Madre en Kalighat". Apenas lo vi al Maestro, sentí que él es eternamente mío. Quedé tan encantado y atraído que automáticamente me incliné y puse mi cabeza a sus pies. Él también me aceptó como suyo propio y dijo alegremente: "Viniste. Por favor siéntate".
Cuando meditaba en Satchidananda, el cuerpo del Maestro se volvía tan sensible que su dedo se cortaba sólo por quebrar un luchi (pan frito) crujiente. De hecho, el cuerpo del Maestro era tan suave como manteca. Por su gracia, el Maestro me permitía masajear sus pies, pero yo tenía miedo de lastimarlo frotándolo con mis vigorosas manos.
Cuando el Maestro estaba ebrio con la dicha del kirtan, nosotros sentíamos que su divino cuerpo era tan luminoso como oro derretido y tan suave como crema; era como si estuviera repartiendo entre sus devotos el néctar que había traído del cielo. Quedábamos estupefactos al verlo bailar lenta y rítmicamente en un estado semiextático.Mientras iba y venía, su mano izquierda estaba un poco levantada y su derecha se extendía debajo, su pié izquierdo hacia adelante y el derecho hacia atrás. ¡Era realmente difícil de creer que un cuerpo así, delicado como una flor, pudiera danzar tan alocadamente y con tanta dulzura! Sentíamos entonces que su desbordante belleza divina se había derretido y se esparcía sobre los devotos. No hay lenguaje para describir la belleza de Sri Ramakrishna; se la puede realizar únicamente en la meditación.
¿Qué piensas de mi?
El omnisciente Ramakrishna conocía los pensamientos y estados de ánimo de los demás. Sin embargo, como una persona común, él les preguntaba a los recién llegados durante su primer encuentro, o después de que se familiarizaran un poco con él : "Bueno, ¿qué piensas de mi?" Por supuesto, él no le preguntaba esto a todo el mundo. Usaba esta pregunta para evaluar el grado de comprensión que tenían algunos devotos que él ya había visto en una visión yóguica. Diferentes personas respondían de diversas maneras: "Algunos decían : 'Usted es un verdadero sadhu'; otros: 'Un auténtico devoto de Dios'; 'Un Mahapurusha - una gran alma'; 'un Siddhapurusha - un alma perfecta'; 'una Encarnación de Dios'; 'Sri Chaitanya mismo'; 'el Señor Shiva mismo'; 'usted es Dios', y así por el estilo. Algunos, que pertenecían al Brahmo Samaj y no creían en las encarnaciones divinas, decían: 'Usted es un amante de Dios, del mismo rango que Krishna, Buddha, Jesús y Chaitanya'".
Un día, el Maestro le djo a M. : "Déjame preguntarte algo: ¿Qué piensas de mí? ¿cuántas annas de conocimiento de Dios tengo?"
M. replicó: "No comprendo qué es lo que usted quiere significar por annas. Pero de una cosa estoy seguro: nunca antes he visto en ninguna parte tal conocimiento, amor extático, fe en Dios, renunciación y universalidad.
Otro día, M. dijo: "A usted, Dios lo creó con sus propias manos, mientras que a los demás los hizo a máquina. A todos los demás los creó de acuerdo a la ley". Riéndose, el Maestro dijo: "Escuchen lo que está diciendo". Y al final, dijo: "Real y verdaderamente, yo no tengo orgullo - no, ni siquiera el más mínimo".
El "yo" de Ramakrishna, su ego, había muerto para siempre. El fuego del conocimiento quemó su ego y éste quedó como una soga quemada, que tiene forma pero no puede atar nada. Esto se llama un "ego maduro". Los seres humanos no pueden funcionar si no tienen un ego. Sin embargo, el Maestro representó su divino juego usando ese ego maduro. Un día, estuvo bromeando un poco con Hazra. Más adelante, el Maestro describió esa conversación. "Le pregunté a Hazra: 'Dime lo que piensas de la gente que viene aquí. ¿Cuánto sattwa tiene cada uno de ellos?' Dijo: 'Narendra tiene cien porciento y yo tengo ciento diez porciento'. '¿Qué piensas de mi? ' le pregunté. Dijo: 'Usted todavía tiene un trazo de color rosado (rajas). Yo diría que tiene sólo setenta y cinco porciento'."
Cierta vez, en el curso de una conversación con otro devoto M. dijo: "Un día, el Maestro le preguntó a Keshab Sen: 'Dígame ¿cuántas annas de conocimiento de Dios tengo yo?' Keshab se mostró renuente a dar una respuesta. Al final, dijo: ' Señor, ¿venderé una aguja a un herrero? ¿Qué puedo decir acerca de usted?' Al final, ante la insistencia del Maestro, Keshab dijo: 'Usted tiene dieciseis annas (cien por ciento) de conocimiento'. A esto, el Maestro replicó: 'No le creo. Si Nárada y Sukadeva hubieran dicho esto, les creería'. ¿Lo insultó el Maestro a Keshab? No, de ninguna manera. Sólo le hizo saber a Keshab que aquellos que se ocupan de nombre, fama, poder, posición y placeres mundanos no pueden comprender la Verdad. Estaba simplemente indicándole cuál era su situación espitirtual.
El Maestro había expulsado el deseo por renombre y fama tan radicalmente, que éste nunca se atrevió a volver. Según la tradición católica, si alguien hace tres milagros durante su vida, esa persona podría ser declarada santa. Por supuesto que hay algunas condiciones más que también deben cumplirse. Hoy en día es fácil volverse un avatar o una encarnación divina. Un maestro necesita sólo un puñado de discípulos fanáticos dispuestos a declarar que su maestro es un avatar. Una vez, el Maestro dijo bromeando: "Masticando una hoja de betel y con un bastón en la mano, un dandy viene y me llama un avatar. ¿Debería yo sentirme gratificado por un comentario así?"
Sólo un joyero conoce el valor de una joya, un vendedor de berenjena, no. Uno debe practicar tremendas disciplinas espirituales, antes de volverse capaz de reconocer a un avatar. Cuando algunos devotos, vencidos por la devoción, declararon que el Maestro era un avatar, él dijo: "Uno practica medicina (Ram Chandra Datta) y el otro es el administrador de un teatro (Guirish Chandra Ghosh). Ellos me dicen que yo soy un avatar. Llamándome así, creen que me han hecho grande y famoso. Pero, ¿qué saben ellos sobre un avatar?"
Es extremadamente difícil reconocer a un avatar. En el Guita, Krishna explica por qué: "Velado por mi Maya, nacida de los gunas, yo no me revelo a todos"(7;25). "Cuando tomo forma humana, los ignorantes, los inconscientes de Mi naturaleza superior como Supremo Señor de Todos, me menosprecian", (9,11).
Ramakrishna también hizo afirmaciones sobre el concepto de avatar: "Él es un árbol desconocido"; "Es un rey disfrazado" ; "Es infinito, pero cabe en un cuerpo humano de tres codos y medio de alto" ; "Si Él no quiere ser captado, nadie puede captarlo". El Katha Upanishad(1:2:23) dice "El Atman es alcanzado sólo por aquel a quien Él elige". Ramakrishna dijo:"El sargento de policía hace sus rondas en la oscuridad de la noche con una linterna en la mano. Nadie ve al sargento. Si quieres verlo, debes rogarle: "Señor, por favor gire la luz hacia su propio rostro. Quiero verlo" .De manera similar, deberíamos rogarle a Dios para tener su visión. Así como vemos el sol por la luz del sol, del mismo modo vemos a Dios por su gracia. Ramakrishna se les apareció en varias formas a diferentes devotos en distintas épocas. Sus visiones prueban que Ramakrishna fue Dios en múltiples formas.
Ramakrishna como Ser Cósmico
En Sri Ramakrishna y su divino juego, Swami Saradananda escribió:
Una mañana, cuando Gadadhar (el apodo de Ramakrishna durante su infancia) tenía 7 u 8 meses de edad, se durmió mientras Chandra estaba amamantándolo. Al ver que su hijo estaba dormido, ella lo puso en la cama y dejó caer el mosquitero para protegerlo. Entonces se fue del cuarto y comenzó con sus tareas domésticas. Unos instantes después, volvió al cuarto para buscar algo y encontró un hombre alto, desconocido, acostado en el lugar de su niño. Cubría toda la cama. Chandra pegó un grito de pánico y rápidamente dejó el cuarto. Cuando Kshudiram llegó, ella le contó lo que había sucedido. Entraron al cuarto pero no encontraron a ningún extraño. El niño estaba durmiendo como antes. Aún entonces, el miedo de Chandra no se calmó. Decía repetidas veces: "Puede estar poseído por un espíritu maligno. Yo vi claramente una persona grande acostada en el lugar de mi hijo. De ninguna manera fue una alucinación - no hay ninguna posibilidad de que lo sea. Por favor trae pronto un exorcista experimentado para que examine al niño; de otro modo, quién sabe qué daño puede caer sobre él".
Kshudirtam la tranquilizó diciendo: "Fuimos bendecidos con visiones divinas antes del nacimiento de nuestro hijo. No es nada extraño que hayas visto a esa persona. Por favor, no cobijes en tu mente la idea de que el niño está poseído por un mal espíritu. Como Raghuvir mismo vive en nuestra casa, no puede venir acá ningún espíritu para dañar al niño. Por eso, quédate tranquila y no le menciones esto a nadie. Ten la certeza de que Raghuvir está siempre protegiendo al niño".
Ramakrishna poseído por dioses y diosas
Prasanna, una devota hija de Dharmadas Laha de Kamarpukur, consideraba que Gadadhar era el verdadero Gadadhar, o el Señor Vishnú. La simple muchacha quedaba cautivada cuando escuchaba al jovencito narrar las sagradas historias de dioses y diosas y cantar cantos devocionales. A menudo le preguntaba: "Escúchame, Gadhai ¿porqué será que a veces me parece que tú eres Dios? Sí, yo siento con certeza que tú eres Dios. A esto, el muchacho solía sonreír dulcemente y no dar ninguna respuesta; o cambiaba de tema. Sin dejarse disuadir, Prasanna inclinaba la cabeza y decía gravemente: "Digas lo que digas, tú no eres un ser humano común".
Cierta vez, Gadadhar, cuando era niño, fue con algunas mujeres del pueblo, inclusive Prasanna, a visitar a la diosa Vishalakshi en Anur. Pero cuando Gadadhar estaba cruzando un campo, cantando la glorias de la diosa Vishalaksui, ocurrió algo extraordinario : de repente enmudeció, su cuerpo se volvió rígido y entumecido. De sus ojos caían lágrimas. No respondía cuando las mujeres le preguntaban si se sentía mal. Como ellas sabían que el muchacho no estaba acostumbrado a hacer este viaje, pensaron con mucha preocupación que podría haber sufrido una insolación. Trajeron agua de un estanque cercano y la salpicaron sobre su cabeza y ojos. Pero Gadadhar no volvió a la conciencia. Impotentes, las mujeres comenzaron a lamentarse: "¿Cuál es el camino para salir de este apuro? ¿Cómo podremos ofrecerle nuestra adoración prometida a la diosa? ¿Cómo podremos llevarlo a Gadhai, el tesoro de otra madre, sano y salvo hasta su casa? Aquí no hay nadie que pueda ayudarnos. ¿Qué hacemos ahora?"
Después de algunos instantes, en la mente de Prasanna surgió una idea: quizás la diosa Vishalakshi había poseído al simple y creyente niño. Les dijo a sus compañeras: "Yo escuché que los dioses y las diosas poseen a niños, hombres y mujeres que son simples y puros". Y entonces sugirió: "En vez de llamar 'Gadai', llamemos: 'Madre Vishalakshi' de todo corazón". Las mujeres tenían profundo respeto por Prasanna por la nobleza de su carácter y así de buena gana aceptaron su consejo y comenzaron a dirijirse a Gadai como si él fuera realmente la diosa: "Oh, Madre Vishalakshi, te pedimos que estés complacida con nosotros. Protégenos. Míranos con compasión. Madre, sálvanos de este gran peligro".
Sorprendentemente, apenas habían ellas llamado a la diosa unas pocas veces, el rostro de Gadadhar se iluminó con una dulce sonrisa y aparecieron leves signos de conciencia. Entonces quedaron convencidas de que la diosa realmente había poseído al niño. Prosternándose una y otra vez y dirigiéndose a él como Madre, le rezaron.
En una ocasión, el Maestro fue a visitar a Bamandas en la casa de la familia Biswas. Mientraas volvía, acertó a oír cuando decía: "¡Dios bendito! La Divina Madre se apoderó de él como un tigre que agarra a un hombre".
Estaba escrito en el horóscopo de Mathur que siempre iba a tener la gracia de su Ideal Elegido, más aún, que incluso lo acompañaría dondequiera que fuera y asumiría una forma humana para protegerlo. Mathur seguía al Maestro como una sombra. Un día, Mathur le dijo: "Padre, no hay nada más que Dios dentro suyo. Su cuerpo es como un cáscara vacía. Desde afuera puede paracer una calabaza, pero adentro no hay nada - ni carne ni semillas. Una vez yo lo vi como alguien que se movía cubierto por un velo".
Haladhari, el primo de Ramakrishna, era un pandit. Él despreciaba al Maestro y no comprendía su divina locura. A veces, sin embargo, se sentía embelesado por el éxtasis del Maestro. Confundido, Haladhari un día le dijo a Hriday: "Hriday, tú debes haber visto alguna divina presencia en Ramakrishna, de otro modo no estarías sirviéndolo tan fielmente".
Sobre la actitud de Haladhari, el Maestro dijo: "Muchas veces, Haladhari quedaba encantado por mi devoto servicio en el templo, y me decía: "Ramakrishna, ¡ahora sé cuál es tu verdadera naturaleza!" Y yo le decía bromeando: "Entonces, no vuelvas a confundirte nunca más!" A lo que él respondía: "Ya no puedes volver a engañarme. Decididamente, el Señor está dentro tuyo. Esta vez, estoy totalmente convencido". Y yo le respondía: " Muy bien. Veamos cuánto va a durar tu convicción". Entonces, después de terminar el servicio en el templo, aspiraba un poco de rapé (tabaco en polvo) y comenzaba a dar un discurso sobre el Bhágavata, el Guita, el Adhyatma Ramayana y otras escrituras. Entonces se henchía de egotismo y se volvía una persona completamente diferente. A veces, yo asistía a sus discursos y le decía: "Yo realicé todos esos estados espirituales sobre los que estuviste leyendo; puedo comprender todo lo que está en las escrituras". Inmediatamente, él decía, indignado: "¡Idiota! ¿Crees que puedes comprender las escrituras?" "Créeme, decía yo, ese Uno que está en este cuerpo mío, me enseña todo. Hace un ratito tú decías que había una divina presencia en mí. Es Él quien me enseña todo". Entonces él se ponía frenético de ira y me decía: "¡Sal de aquí, tonto loco! ¿Estás pretendiendo ser una encarnación de Dios? Las escrituras dicen que en esta era habrá sólo un avatar, y es Kalki. ¡Debes de estar loco para creer esas cosas! Entonces yo me reía y le preguntaba: "¿No me dijiste que nunca más te confundirías?" Pero, por supuesto, él no me escuchaba cuando estaba en ese estado de ánimo. Tuvimos esta misma escena una y otra vez. Un día, me vio en un estado extático, sentado sobre una rama del baniano y orinando como un niño. A partir de ese día, quedó completamente convencido de que yo estaba poseído por un fantasma".
Haladhari era devoto de Krishna y sentía repulsión por el aspecto terrible de la Divina Madre. Swami Saradananda escribió:
Un día, Haladhari incluso le cuestionó al Maestro"¿Puede acaso una persona hacer el más mínimo progreso espiritual adorando a Kali, la personificación de tamas? ¿Por qué adoras a esa diosa?" El Maestro no le contestó pero se sintió profundamente herido por esta difamación de su Ideal Elegido. Corrió al templo de Kali y bañado en lágrimas, dijo: "Madre, Haladhari, quien es un gran erudito y conoce las escrituras, dice que Tú no eres más que ira y destrucción. ¿Es realmente cierto eso?" Inmediatamente, la Madre lo tranquilizó: la Madre Kali le reveló Su naturaleza completa. Frenético de alegría y alivio, el Maestro corrió hacia el templo de Radhakanta, donde Haladhari estaba sentado haciendo el culto, y se trepó sobre sus hombros. Excitado, le dijo a Haladhari una y otra vez: "¿Cómo te atreves a decir que la Madre está llena de ira y tamas? Ella es todo. Es la personificación de los tres gunas y además es puro amor y bondad". Las palabras y el toque divino del Maestro iluminaron el corazón de Haladhari. Cuando se sentó en el asiento del adorador, aceptó las palabras del Maestro de todo corazón. Vio la manifestación de la Divina Madre en él y con mucha devoción ofreció flores y pasta de sándalo a sus pies. Pronto, Hriday se le acercó a Haladhari y le preguntó: "Tío, tú dijiste que Ramakrishna está poseído por un fantasma. Entonces, ¿qué es lo que te hizo adorarlo?" Haladhari respondió: "No lo se. Cuando entró, viniendo del templo de Kali, simplemente me embelesó y yo me olvidé de todo. Claramente vi a la Divinidad manifestándose en él. Siempre me afecta de ese modo cuando estoy con él en el templo de Kali. ¡Es sorprendente! No lo comprendo en absoluto.
Ramakrishna como Kali
Narendra no creía en Dios con forma. Por eso al comienzo rechazaba a Kali. Con respecto a este concepto, luchó por varios años con su gurú, Sri Ramakrishna. Pero el Maestro le dijo: "Vas a ser un servidor de la Divina Madre ". Y finalmente, dedicó a Narendra a la Madre Kali. Un día, muchos años más tarde, Vivekananda conversaba sobre esto con su discípula irlandesa, Sister Nivédita. Ella preguntó: "¿En el futuro, piensa usted que habrá muchos que llamarán a Ramakrishna Paramahamsa una encarnación de Kali?" Swamiji respondió: " Sí, pienso que no hay duda de que Ella le dio forma al cuerpo de Ramakrishna para cumplir con sus propios propósitos".
Una vez, en Dakshineswar, el Maestro estaba caminando a la medianoche en un estado extático. Al observarlo, Golap Ma vio a la Madre Kali en su lugar. Quedó abrumada y le dio piel de gallina.
Swami Brahmananda, cierta vez, describió el siguiente incidente:
Yo estaba entonces viviendo en la Calle Baranasi Ghosh de Calcutta y visitaba al Maestro regularmente. Un día, fui a Dakshineswar en las primeras horas de la tarde. El templo de Kali estaba cerrado y el Maestro estaba descansando después de almorzar. Apenas entré a su cuarto, me pidió que me sentara sobre su cama. Habló por un rato y después quiso que le masajeara los pies. Yo repliqué: "Señor, perdóneme, no puedo hacer eso; usted estuvo contándome historias maravillosas; por favor siga". Desatento a lo que le decía, él me pidió de nuevo: "Mira, dame un pequeño masaje, vas a beneficiarte por servir a un hombre santo". Después de que me lo hubo pedido dos o tres veces, yo finalmente toqué sus pies. De pronto sucedió algo milagroso que me dejó estupefacto. Con mis ojos abiertos, vi que la Madre Kali rápidamente entró en el cuarto en la forma de una niña de unos siete u ocho años. Rodeó la cama del Maestro unas cuantas veces, haciendo sonar sus ajorcas. Luego se sumergió en el cuerpo del Maestro. El Maestro sonrió y luego dijo: "¿Ves? Al instante recibiste el fruto de tu servicio a un hombre santo".
En septiembre de 1885, el Maestro se mudó a Shyampukur en Calcutta, para el tratamiento de su cáncer. El día anterior a Kali Puya, les dijo a algunos devotos: "Junten todo lo que se necesita para el culo en pequeña escala. Mañana tendremos Kali Puya.
El Swami Saradananda escribió:
Con la puesta del sol, llegó el anochecer. A las 7.00 p.m., los devotos encontraron al Maestro sentado en silencio sobre su cama, como en otros días. No dijo nada más sobre el culto. Ellos despejaron un espacio a su derecha y ubicaron allí los artículos para el culto. Algunos devotos habían visto ocasionalmente al Maestro adorando su propia forma con pasta de sándalo y flores cuando vivía en Dakshineswar. Hoy habían llegado a la conclusión de que el Maestro tenía la intención de adorarse a si mismo como símbolo de la Conciencia Universal y personificación del Poder Divino, o de realizar el culto a su propio Ser como identificado con la Divina Madre, de acuerdo con las escrituras. Por eso no es sorprendente que hayan colocado los artículos para el culto cerca de su cama. El Maestro los observó haciendo esto y no lo objetó.
Cuando todo estuvo en su lugar, alguien prendió las lámparas y quemó incienso, llenando todo el cuarto de luz y fragancia. Al ver que el Maestro aún seguía sentado inmóvil, los devotos se sentaron cerca suyo. Algunos lo miraban intensamente, esperando sus directivas; otros comenzaron a meditar en la Divina Madre. El tiempo pasaba y el Maestro seguía en silencio. Ni comenzó a hacer el culto él mismo, ni le pidió a ninguno que lo hiciera.
Los devotos jóvenes estaban allí junto a Mahendra, Ram, Devendra, Guirish y algumps devotos mayores. El Maestro a veces decía que entre sus devotos, Guirish era el que tenía ciento veinticinco por ciento de fe. La mayoría de los devotos estaban perplejos ante el silencio del Maestro sobre el culto. Pero Guirish, como tenía esa inmensa fe en el Maestro, se sintió de pronto embargado por esta idea: "El Maestro no necesita adorar a la Divina Madre para su propio bien. Si su puro amor lo inspirara a hacer el culto¿porqué habría de quedarse sentado allí, quieto, sin hacer nada? Eso no parece razonable ¿No será que estos arreglos fueron hechos para que los devotos adoren a la Divina Madre en la forma viviente del Maestro y así sean bendecidos? Debe de ser eso". Quedó sobrecogido de alegría con ese pensamiento e inmediatamente tomó flores y pasta de sándalo de una bandeja y las ofreció a los pies del Maestro, diciendo: "¡Gloria a la Madre!" El cuerpo del Maestro se estremeció y él entró en profundo samadhi. Su rostro se iluminó con una divina sonrisa. Sus manos asumieron los gestos que simbolizan la intrepidez y el otorgamiento de dones, tal como se los ve en las imágenes de Kali, indicando así que la Madre se estaba revelando a través de él. Estos hechos se sucedieron tan rápidamente, que los devotos que estaban sentados cerca, pensaron que Guirish había ofrecido flores después de ver al Maestro en samadhi. Y los que estaban un poco más lejos, percibieron que una forma luminosa de la Diosa había repentinamente apaerecido ante ellos, tomando posesión del cuerpo del Maestro.
Cuando Sri Ramakrishna estaba gravemente enfermo en la casa quinta de Cossipore, la Santa Madre estaba asolada por la pena. Un día, en una visión, una niña con largo pelo negro y un color de cutis oscuro, apareció y se sentó cerca suyo. Comprendiendo que era la Madre Kali, exclamó: "Oh, viniste!"
Madre Kali: "Sí, vine de Dakshineswar".
Después de conversar un rato, la Santa Madre observó que la niña inclinaba el cuello hacia un lado. Y le preguntó: "¿Qué le pasó a tu cuello?"
Madre Kali: "Bueno, tengo la garganta inflamada".
La Santa Madre: "¡Dios mío! El Maestro tiene la garganta inflamada y tú también!"
Madre Kali: "Eso es cierto".
Así, la Santa Madre comprendió que la Divina Madre y Sri Ramakrishna eran uno y lo mismo.
Cuando Sri Ramakrishna dejó el cuerpo, la Santa Madre exclamó: "¡Oh Madre ¿dónde te fuiste, dejándonos atrás?"
Ramakrishna como Shiva
Durante la infancia de Ramakrishna en Kamarpukur, cuando llegó el tiempo en que se celebra el festival de Shivaratri, se organizó en la casa de los Pynes una representación dramática. Una compañía de teatro del pueblo vecino iba a representar un drama religioso basado en la gloria de Shiva. La representación iba a comenzar cerca de media hora después del crepúsculo. Esa noche, llegó al pueblo la noticia de que el muchacho que iba a representar a Shiva había caído seriamente enfermo, y así la función tendría que ser cancelada. Los miembros mayores del pueblo le preguntaron a Gadadhar si él actuaría en ese rol, y aceptó. Swami Saradananda describe lo que sucedió después:
Una vez que estuvo ataviado como Shiva, Gadadhar se sentó en el vestuario y pensó en Shiva. Cuando lo llamaron para subir a la tarima, uno de sus amigos lo condujo allí. Subió, a pedido de su amigo. Distraídamente, sin mirar en ninguna dirección, caminó despacio hasta el centro de la tarima y se quedó allí, inmóvil. La audiencia estaba sobrecogida de alegría y reverencia al ver a Gadadhar en ese atavío con cabellos enmarañados, cubierto de rosarios y untado con cenizas. Entró con pasos lentos y firmes y luego quedó parado inmóvil, con una mirada celestial e introspectiva, sin pestañar y con una dulce sonrisa en los labios. Siguiendo la usanza del pueblo, la audiencia de pronto exclamó coreando el nombre de Harí. Algunas mujeres ululaban auspiciando el evento, otras soplaron caracolas. Para calmar a la audiencia durante este pandemonio, el director comenzó a cantar un himno a Shiva. Esto aquietó un poco a la audiencia. Pero haciéndose señas y dándose suaves codazos entre ellos, comenzaron a comentar en voz baja: "¡Bravo, Bravo!" "¡Qué hermoso está Gadai!" "¡Nunca pensamos que este chico podría actuar en el rol de Shiva tan maravillosamente!" "Si de alguna manera pudiéramos asegurarnos a este muchacho, podríamos formar un grupo de actores nosotros mismos".
Gadadhar quedó allí parado todo el tiempo; es más, dos delgados chorros de lágrimas iban cayendo sobre su pecho. Así pasaba el tiempo y Gadadhar ni cambiaba su postura ni decía nada. Entonces el director y unos pocos aldeanos mayores se le acercaron y se dieron cuenta de que sus manos y pies estaban entumecidos y de que parecía haber perdido toda conciencia externa. En ese momento, la conmoción en la audiencia creció terriblemente. Algunos gritaban : "¡Agua! ¡Salpiquen agua sobre sus ojos y su rostro!" Otros decían: "¡Abaníquenlo!" Otros exclamaban : "El Señor Shiva tomó posesión de él. ¡Canten el nombre de Shiva!" Y aún otros refunfuñaban: "Este chico arruinó todo. Ahora van a tener que detener la función".
Después de un largo rato, cuando todos los esfuerzos para traerlo de vuelta a la conciencia normal habían fallado, la audiencia se dispersó. Algunos hombres cargaron a Gadadhar sobre sus hombros y lo llevaron a su casa. Nos contaron que su familia lloró porque a pesar de todos sus esfuerzos no pudieron despertar a Gadadhar de su estado extático esa noche. Se volvió nuevamente normal después de la salida del sol al día siguiente.
El 18 de agosto de 1883, Ramakrishna, que estaba en un ánimo extático, le dijo a Rakhal: "Este fervor religioso (refiriéndose a si mismo) no es como la lluvia de la estación de las lluvias, que viene en torrentes y se va en torrentes. Es como una imagen de Shiva que no ha sido levantada por manos humanas sino que es natural y brotó, por así decir de las entrañas de la tierra".
En Sri Ramakrishna y su divino juego (Lila Prasanga), (tomoV, pág 7), Swami Saradananda describe cómo Vaikuntha Nath Sanyal vio a Shiva en Sri Ramakrishna. Vaikuntha mismo menciona este incidente en su libro Sri Ramakrishna Lilamrita:
El Maestro le dijo a Vaikuntha:
"Mira, la Bhairavi Brahmani, Vaishnavcharan, el Pandit Gauri de Indesh y Padmalochan, el pandit de la corte del Maharaja de Burdwan declararon que yo soy un avatar. Ahora, Girish, Ram y Manomohan también me llaman un avatar; me siento realmente disgustado cuando escucho todas estas cosas. Bueno, ¿y tú qué piensas de mi?"
Vaikuntha: "Los que lo consideran un avatar son gente de clase baja".
Maestro (sonriendo): "¿Qué quieres decir? Ellos me halagan diciendo que soy un avatar ¿y tú los llamas gente de clase baja?"
Vaikuntha: "A mi entender, un avatar no es una manifestación plena sino parcial de la Divinidad."
Maestro: "Tienes razón. Pero tú ¿Qué piensas de mi?"
Vaikuntha: "Usted es el Señor Shiva mismo, no una parte. Usted me pidió que meditara en Shiva. Pero aunque lo intento todos los días, no lo logro. Cada vez que me siento a meditar, aparece ante mi su rostro amoroso y lleno de dicha en una forma luminosa. No puedo reemplazarlo por la forma de Shiva ni tampoco quiero hacer eso. Así es que lo considero a usted como a Shiva mismo".
Maestro (sonriendo): "¿Realmente? Pero yo se que soy tan insignificante como un cabello de tu cabeza" (ambos ríen).
Ramakrishna como Shiva y Kali
Ramakrishna solía decir: "Brahman y Shakti son idénticos. Así como el fuego y su poder de quemar son lo mismo, así Shiva y Shakti son uno. Mathur vio cómo Shiva y Kali se manifestaban simultáneamente en Ramakrishna. Swami Saradananda describe las circunstancias en que esto ocurrió:
Un día, el Maestro estaba yendo y viniendo en la veranda noroeste de su cuarto que se extiende de este a oeste. Estaba en un ánimo espiritual, completamente ajeno a su entorno. Mathur estaba sentado solo en un cuarto de su bungalow, situado entre el complejo de los templos y el Panchavati. De este cuarto de Mathur a la veranda donde caminaba el Maestro no había mucha distancia, así es que Mathur podía verlo por una ventana. De a ratos, se olvidaba del Maestro mientras lo miraba caminando en un estado obviamente introspectivo, y por momentos pensaba en varios asuntos mundanos y hacía planes para su futuro. El Maestro no estaba en absoluto consciente de que Mathur lo estuviera observando cada tanto desde su salón.
De pronto, Mathur salió corriendo a toda velocidad de su bungalow, se echó a los pies de Sri Ramakrishna y comenzó a llorar profusamente.
Más tarde, el Maestro narró: "Le pregunté a Mathur: '¿Qué estás haciendo? Tú eres un aristócrata, yerno de la Rani Rasmani. ¿Qué va a decir la gente si te ve comportándote así? Cálmate. ¡Por favor levántate!' Pero ¿quién iba a escuchar esto? Gradualmente, Mathur recobró el autocontrol y describió su maravillosa visión. Dijo: 'Padre, yo estaba observándolo justo ahora, como caminaba de aquí para allá. Vi claramente: cuando caminaba hacia mi, ya no era usted. ¡Era la Divina Madre Kali del templo! Luego, cuando se volvía y caminaba en la dirección opuesta, usted se transformaba en el Señor Shiva. Al comienzo pensé que era una especie de ilusión óptica. Frotaba mis ojo y miraba de nuevo, pero volvía a ver lo mismo. ¡Todas las veces que miraba, veía eso!' Repitió esto una y otra vez, llorando. Yo le dije: 'Pero yo no se nada de esto'. Él me ignoraba. Yo me puse muy nervioso. Pensé que si alguien le contaba esto a Rani Rasmani, ella podría malinterpretarlo y pensar que yo lo había hechizado a Mathur. Lo consolé de varias maneras y finalmente lo calmé. ¿Acaso fue por nada que Mathur me sirvió y me amó tanto? La Divina Madre le otorgó varias visiones y experiencias en muchas ocasiones."
Ramakrishna como Vishnu-Naráyana
En 1835, Kshudiram, el padre de Ramakrishna, fue al tempo de Vishnú en Gaya, para ofrecer pinda (bollitos de arroz con los que se honra a los antepasados), a los pies de Gadadhar o Vishnú. Una noche, después de caer dormido, tuvo un sueño. Swami Saradananda lo relata así:
Se vio a si mismo ofreciéndoles pindas a sus ancestros, a los santos pies del Señor Gadadhar en el templo. También vio a sus ancestros en sus formas celestiales luminosas, aceptando las ofrendas con alegría y bendiciéndolo. Después de mirarlos por un largo rato, ya no pudo controlarse. Sobrecogido por la devoción, comenzó a llorar y se inclinó ante ellos tocando sus pies. Al momento siguiente, el templo se llenó de una divina efulgencia. Vio a sus ancestros parados a ambos lados del altar en una actitud reverencial, con las manos juntas, adorando a una Persona luminosa de aspecto misericordioso, sentada en un hermoso trono. Vio que este Ser efulgente tenía un color de tez tan verde como una brizna de pasto recién nacido y que estaba mirándolo a Kshudiram afectuosamente. Con una sonrisa, el Ser efulgente le hizo seña que se acercara. Como un autómata, Kshudiram caminó hacia el Ser efulgente, se prosternó ante Él con desbordante devoción, y comenzó a cantar sus loas con varios himnos. El Ser efulgente estaba complacido y le dirigió las siguientes palabras con voz dulce y melodiosa:"Kshudiram, estoy muy complacido con tu sincera devoción. Voy a encarnarme como tu hijo y aceptar el amoroso servicio que me ofrezcas en tu cabaña".
Cuando escuchó estas maravillosas palabras, la alegría de Kshudiram no tuvo límites. Pero al momento siguiente se preguntó cómo un hombre tan pobre como él podría alimentar y albergar a un Ser tan exaltado. Con muchísima tristeza, Kshudiram dijo entre sollozos: "No, no, mi Señor, yo no merezco este favor. Es más que suficiente que me hayas bendecido revelándote por Tu gracia y deseando nacer como mi hijo. Si realmente llegaras a nacer como mi hijo, ¿cómo podría yo, un hombre pobre, ser capaz de servirte?" Al oír estas palabras doloridas, el Ser Divino quedó aún más complacido y dijo: "No te preocupes, Kshudiram, cualquier cosa que Me ofrezcas, la aceptaré satisfecho. No pongas más objeciones al cumplimiento de Mi deseo".
Esa es la historia de la concepción de Ramakrishna:
Un día, el Maestro le hizo una pregunta al Pandit Gauri, para probar su comprensión:
"Bueno, Vaishnavcharan llama a esto (señalándose a si mismo) un avatar. ¿Cómo es posible? Dime qué piensas sobre esto".
Gauri respondió gravemente: "¿Vaishnavcharan lo llama un avatar? ¡Yo considero que lo está menospreciando! Yo creo que usted es Aquel por una fracción de cuyo poder los avataras surgen en esta tierra para cumplir con su misión."
El Maestro sonrió y dijo: "Ah - ¡entonces tú haces una mejor oferta que él! ¿Qué ves en mi, que te lleva a abrigar esa idea?"
Gauri respondió: "Estoy diciendo esto, basado en mi profunda experiencia personal y en el testimonio de las escrituras. Estoy listo para probarle mi aseveración a cualquiera que me desafíe en el tema".
"Bueno, eres tú quien dice eso", dijo el Maestro como un niño, "pero yo no sé nada sobre eso".
Gauri dijo: "Es así como debe ser. Las escrituras coinciden sobre este punto. Al no conocerse usted mismo, ¿cómo pueden otros conocerlo? Sólo puede hacerlo alguien, a quien usted por su gracia le permitió que lo haga".
Cierta vez, Manomohan tuvo una visión de una forma luminosa. Al comienzo no podía creer que era una forma divina, pero su duda se disipó cuando vio tres marcas con las formas de una bandera, un rayo y una aguijón, impresas en la planta de los pies de Vishnú. Se convenció de que él era Naráyana, el portador de la caracola, el disco, la masa y el loto; y se inclinó ante esa divina forma, diciendo: "¡Gloria a Ramakrishna en la forma de Naráyana!"
Acerca de su joven devoto Purna, Ramakrishna dijo: "Purna es una parte de Naráyana y un aspirante espiritual dotado de un alto grado de sattwa. En este sentido se puede decir que él ocupa un lugar justo debajo de Narendra (Swami Vivekananda)". Un día, el Maestro le preguntó a Purna: "Dime, ¿qué piensas de mi?" Embargado por exuberante devoción, Purna respondió sin vacilar: "'Usted es Dios mismo en carne y hueso!¡Usted es Naráyana!".
Durante ese mismo período, Gauri-ma estuvo viviendo en la casa de Balaram, en Calcutta. Una mañana, comenzó su adoración diaria a Vishnú como de costumbre, bañando la imagen de piedra de la deidad. Estaba a punto de colocarla en el altar, cuando vio allí dos pies humanos vivos sin un cuerpo humano. Primero pensó que era una ilusión óptica, pero observando el altar con mucha atención una y otra vez, vio solamente esos dos pies humanos vivos. Gauri-ma se asustó. El vello de su cuerpo se erizó y sus manos comenzaron a temblar tanto, que dejó caer la imagen. La levantó del piso y volvió a colocarla en el altar. Repitió el mantra, y mientras ofrecía hojas de tulsi sobre el altar, nuevamente vio esos dos pies vivos. Entonces perdió la conciencia exterior y cayó al suelo.
Siguió en un estado extático ese día y toda la noche. A la mañana siguiente, Balaram y su mujer la llevaron a ver al Maestro a Dakshineswar. Cuando se inclinó ante el Maestro, vio los mismos dos pies que había visto en el altar el día anterior. Quedó sobrecogida de alegría y asombro. Ramakrishna simplemente sonrió.
Vaikuntha Nath Sanyal escribió: "Jogin Sen era de Krishnanagar, en el distrito de Nadia. Era tesorero asistente en la imprenta del gobierno. Yo estaba presente el día en que Jogin recibió la gracia del Maestro. El Maestro le preguntó: "¿Cuál es la forma de Dios que te da más alegría?" Jogin respondió: "No lo se. Pero durante la celebración pública tuve un desmayo cuando vi a Naráyana con cuatro manos. Hoy veo la misma forma en usted".
Swami Abhedananda comenzó a practicar meditación según las instrucciones que había recibido de Sri Ramakrishna. Al comienzo, durante la meditación, solía ver a su Ideal Elegido de varios modos. Iba a menudo a Dakshineswar para reportarle sus experiencias al Maestro. El Maestro solía responder : "Muy bueno", o : "Ahora, haz esto", y así por el estilo. Finalmente, un día, durante la meditación, Abhedananda vio cómo varias formas de dioses y diosas se sumergían en una forma divina particular. Cuando informó al Maestro sobre esto, él respondió: "¡Ah, viste Vaikuntha (la morada de Vishnú) ! A partir d ahora, no vas a tener más ninguna otra visión".
Ramakrishna como Gadadhar
Un día, en Dakshinswar, Yogin-ma cortó algunas flores; usó una esquina de su sari para llevarlas. En ese momento, Ramakrishna estaba parado en la veranda norte de su cuarto y la vio venir trayendo algo. Le preguntó: "¿Qué estás trayendo?" Yogin-ma le mostró las flores y luego se prosternó, ofreciéndoselas a Sus pies. Inmediatamente, el Maestro entró en un estado extático, la bendijo y puso un pie sobre su cabeza. Entonces, siguiendo las instrucciones de Gopal-ma, ella llevó el polvo de los pies del Maestro a su propio pecho. Un día, mucho tiempo después de que el Maestro hubo dejado el cuerpo, Yogin-ma estaba repitiendo su mantra, cuando oyó una voz divina que le decía: "Tú tienes impresas en tu pecho las marcas auspiciosas de los pies de Damodar (un epíteto de Vishnú)."
Justo antes de su muerte, en 1909, Swami Advaitananda vio que el Maestro aparecía ante él, con una maza sobre uno de sus hombros. Advaitananda preguntó: "Maestro, ¿por qué está usted portando una maza?" El Maestro replicó: "Yo soy Gadadhar (literalmente,"el portador de la maza", un epíteto del Señor Vishnú) . En esta era voy a destruir todo, luego voy a reconstruir."
Gg Gangamata de Vrindaban también vio la
apariencia de Radha en Ramakrishna. Swami
Saradananda escribió: “Gangamata tenía en ese momento alrededor de
sesenta años de edad. Después de observar su exuberante amor por Radha y Krishna durante un largo
período de tiempo, los lugareños habían llegado a ver en ella a una reencarnación de
Lalita, la principal confidente de Radha, que había descendido a la tierra para
acercar a la gente el amor divino. El Maestro nos dijo que cuando ella lo vio
por primera vez, reconoció en él la misma manifestación de mahabhava que veía
en Radha. Comprendió que él era una reencarnación de Radha misma , y lo llamaba
`Dulali`, amiguita querida. Gangamata se consideraba bendita por haberse podido
encontrar con Dulali sin haber hecho ningún esfuerzo por si misma. Y comprendió
que su amor y servicio a Dios por una vida entera había cumplido su propósito”.
Swami Vivekananda también vio a Radha en el Maestro, como está registrado
en La Vida de Swami Vivekananda: “Una
noche soñó que Sri Ramakrishna llegó hasta él y le dijo: ‘¡Ven! Voy a mostrarte a la gopi Radha’. Narendra
(Vivekananda) lo siguió. Después de haber caminado cierta distancia, el Maestro
se dio vuelta hacia él y dijo: ‘¿Adónde
más vas a ir? Diciendo esto, Sri Ramakrishna
se transformó en la bella personalidad y exquisita forma de Radha misma.
Esto hizo una impresión tan fuerte en la
mente conciente de Narendra, que mientras anteriormente él sólo había cantado
cantos del Brahmo Samaj a Brahman sin forma, ahora cantaba cantos sobre el amor
espiritual de Radha. Cuando les narró este sueño a sus hermanos discípulos,
quedaron pasmados. Uno de ellos le preguntó :’¿Crees que esto tiene algún
significado?’ Narendra contestó: ‘Sin duda, lo creo’.
Hay
un gran misterio oculto en esta visión que Vivekananda tuvo de Radha. Vaikuntha
Nath Sanyal escribió: “Uno puede ser un gran monje o un erudito, pero no se
pueden ignorar los propios samskaras (tendencias). Éstos evolucionan y se disuelven
por la voluntad de Dios. Debido a la influencia de estos samskaras, o por los
códigos morales, o por su educación occidental,
Narendra pasaba por alto a Radha, el aspecto dichoso de Dios. El Maestro
pensó: Si Narendra no respeta a Radha, la personificación del amor, se privará por
siempre del aspecto dulce y alegre de la vida. Además, si él no tuviera amor, sería
incapaz de guiar la orden religiosa inaugurada por él (Sri Ramakrishna).
Previamente el Maestro había establecido a Narendra en el estado de
nirvikalpa por su mero deseo.
Ahora, para enriquecerlo con el amor
divino, con su dedo escribió sobre la cama.: ¡Srimati
Radhe! Narendrake daya karo (O Srimati Radha, bendícelo a Narendra!) Inmediatamente, como bajo la
influencia de una magia o de un gran poder, Narendra quedó absorto en el ánimo
de Radha y rogó: “¿Dónde estás , oh Radha, la personificación del amor?”Así,
después de practicar sádhana por tres días ,el corazón del seco filósofo
Narendra se volvió tierno y él exclamó: “Por la gracia del Maestro vi una nueva
luz. Si no hubiera experimentado este amor, mi vida hubiera sido seca y
monótona”.
Suresh
Chandra Datta registró lo siguiente: “Cierta vez, durante el festival de
Krishna, el Maestro fue al templo de Radha-Krishna de Dakshineswar. Estaba
entonces en el ánimo de Radha. Comenzó a jugar esparciendo polvo de color sobre
la imagen de Krishna y cantó: ‘Mientras hoy lucho contigo con color, veamos
quién gana, si tú o yo’. Los que fueron testigos de esta escena, quedaron
sobrecogidos.
Gg Gangamata de Vrindaban también vio la
apariencia de Radha en Ramakrishna. Swami
Saradananda escribió: “Gangamata tenía en ese momento alrededor de
sesenta años de edad. Después de observar su exuberante amor por Radha y Krishna durante un largo
período de tiempo, los lugareños habían llegado a ver en ella a una reencarnación de
Lalita, la principal confidente de Radha, que había descendido a la tierra para
acercar a la gente el amor divino. El Maestro nos dijo que cuando ella lo vio
por primera vez, reconoció en él la misma manifestación de mahabhava que veía
en Radha. Comprendió que él era una reencarnación de Radha misma , y lo llamaba
`Dulali`, amiguita querida. Gangamata se consideraba bendita por haberse podido
encontrar con Dulali sin haber hecho ningún esfuerzo por si misma. Y comprendió
que su amor y servicio a Dios por una vida entera había cumplido su propósito”.
Swami Vivekananda también vio a Radha en el Maestro, como está registrado
en La Vida de Swami Vivekananda: “Una
noche soñó que Sri Ramakrishna llegó hasta él y le dijo: ‘¡Ven! Voy a mostrarte a la gopi Radha’. Narendra
(Vivekananda) lo siguió. Después de haber caminado cierta distancia, el Maestro
se dio vuelta hacia él y dijo: ‘¿Adónde
más vas a ir? Diciendo esto, Sri Ramakrishna
se transformó en la bella personalidad y exquisita forma de Radha misma.
Esto hizo una impresión tan fuerte en la
mente conciente de Narendra, que mientras anteriormente él sólo había cantado
cantos del Brahmo Samaj a Brahman sin forma, ahora cantaba cantos sobre el amor
espiritual de Radha. Cuando les narró este sueño a sus hermanos discípulos,
quedaron pasmados. Uno de ellos le preguntó :’¿Crees que esto tiene algún
significado?’ Narendra contestó: ‘Sin duda, lo creo’.
Hay
un gran misterio oculto en esta visión que Vivekananda tuvo de Radha. Vaikuntha
Nath Sanyal escribió: “Uno puede ser un gran monje o un erudito, pero no se
pueden ignorar los propios samskaras (tendencias). Éstos evolucionan y se disuelven
por la voluntad de Dios. Debido a la influencia de estos samskaras, o por los
códigos morales, o por su educación occidental,
Narendra pasaba por alto a Radha, el aspecto dichoso de Dios. El Maestro
pensó: Si Narendra no respeta a Radha, la personificación del amor, se privará por
siempre del aspecto dulce y alegre de la vida. Además, si él no tuviera amor, sería
incapaz de guiar la orden religiosa inaugurada por él (Sri Ramakrishna).
Previamente el Maestro había establecido a Narendra en el estado de
nirvikalpa por su mero deseo.
Ahora, para enriquecerlo con el amor
divino, con su dedo escribió sobre la cama.: ¡Srimati
Radhe! Narendrake daya karo (O Srimati Radha, bendícelo a Narendra!) Inmediatamente, como bajo la
influencia de una magia o de un gran poder, Narendra quedó absorto en el ánimo
de Radha y rogó: “¿Dónde estás , oh Radha, la personificación del amor?”Así,
después de practicar sádhana por tres días ,el corazón del seco filósofo
Narendra se volvió tierno y él exclamó: “Por la gracia del Maestro vi una nueva
luz. Si no hubiera experimentado este amor, mi vida hubiera sido seca y
monótona”.
Suresh
Chandra Datta registró lo siguiente: “Cierta vez, durante el festival de
Krishna, el Maestro fue al templo de Radha-Krishna de Dakshineswar. Estaba
entonces en el ánimo de Radha. Comenzó a jugar esparciendo polvo de color sobre
la imagen de Krishna y cantó: ‘Mientras hoy lucho contigo con color, veamos
quién gana, si tú o yo’. Los que fueron testigos de esta escena, quedaron
sobrecogidos.
El 15 de julio de1885, Ramakrishna le dijo a M. :" Quiero decirte algo muy secreto. Cierta vez, en un ánimo espiritual, sentí intenso amor por Jagannath un amor como el que siente una mujer por su bienamado. En ese estado de ánimo, estuve a punto de abrazarlo, cuando me quebré un brazo. Tuve entonces una revelación: 'Asumiste este cuerpo humano. Por lo tanto, establece con los seres humanos la relación de amigo, padre, madre e hijo'.
M. dijo que muchas veces el Maestro les decía a sus devotos: "Yo soy el Señor Jagannath de Puri". M. sigue diciendo:
En una ocasión, me mandó a Puri y me dio instrucciones sobre lo que había que hacer allí. Me dijo que yo tenía que abrazar a Jagannath. Yo me puse ansioso porque es casi imposible hacer eso. Entonces, el Maestro creó una idea en mi mente. Llevaba una buena cantidad de monedas y billetes en mi bolsillo cuando entré al santuario interno del templo. El lugar era un poco oscuro. A propósito, desparramé las monedas y los billetes en el piso. Cuando oyeron el tintineo de las monedas, los sacerdotes comenzaron a juntar toda esa plata. Mientras tanto, trepé sobre el altar y abracé al Señor Jagannath. Alguien me vio y lanzó un fuerte grito de alarma.Yo bajé inmediatamente y comencé a dar vueltas alrededor de la deidad. En la oscuridad, nadie pudo reconocer a la persona que hacía esto.
Fue el Maestro quien me instruyó; fue Él quien me dio la idea; y tambien fue Él quien distrajo la atención de los sacerdotes creando codicia en sus mentes. Hoy me pregunto cómo fui capaz de hacer algo tan heroico!
Durante su vida, el Maestro me envió a Puri unas cuantas veces. Él no fue nunca a Puri. Decía: "Si voy a Puri, mi cuerpo no durará." Asi, no fue. Cuando yo volví de Puri, el Maestro me abrazó y dijo: "Por lo tanto estoy abrazando al Señor Jagannath".
En 1900, Manomohan Mitra y su esposa fueron a Puri después de la muerte de su hija. Allí, la señora murió de cólera. Un día, Manomohan entró al templo y vio a Ramakrishna en lugar de Jagannath en el altar. Cuando vio repetidas veces al Maestro, exclamó: "¡Gloria al Señor Jagannath en la forma de Ramakrishna!"
En 1917, Swami Turiyananda fue a Puri. Un día, fue a visitar al Señor Jagannath. Cuando subía la escalinata hacia la entrada del templo, de repente vio a Sri Ramakrishna que bajaba la escalera en dirección hacia él, con una guirnalda de flores alrededor del cuello. Turiyananda se precipitó hacia adelante y se prosternó . Pero cuando estiró su mano para tocar los pies del Maestro, ya no pudo verlo. De golpe, volvió a sus sentidos. Tiriyananda dijo: "Es el Señor Jagannath quien bajó como Ramakrishna. Es por eso que el Maestro no quería ir a Puri y decía: 'Si yo voy allá, mi cuerpo no durará`".
Lakshmi, la sobrina del Maestro, recordó: "Una vez, Balaram trajo algo de prasad de Jagannath y se lo dio al Maestro. El Maestro tocó el prasad con su mano y luego entró en éxtasis. Dijo: "Es como si yo estuviera en Puri. Allá todo es inmenso.- el vasto océano, las amplias calles, y el infinito Señor Jagannath! Si yo me voy allá, este cuerpo no perdurará". (quiso significar que Él se sumergiría en Jagannath).
En la primavera de 1925, Lakshmi fue a visitar al Señor Jagannath con su devota Bipin. Estaba profundamente inmersa en pensamientos sobre el Maestro. Cuando entraba al templo, Lo vio sentado en un banco a la derecha del altar. Quedó encantada de verlo, y pensó: "Qué feliz me hace que el Maestro pueda verlo al Señor Jagannath": Entonces, el Maestro le dijo "Estoy cerca de Jagannath.¿Por qué estás tan ansiosa? Tú estabas pensando en mi. Por eso, aquí estoy. En otra ocasión, Lakshmi estaba un poco triste porque no podía verlo al Maestro en el templo. Entonces, Jagannath apareció ante ella y le dijo: "No estés triste. Yo y tu Ramakrishna somos lo mismo".
Ramakrishna como Krishna
Swami Ambikananda describió cómo su padre, Navagopal Ghosh, vio a Krishna en el Maestro:
Nuestra casa estaba en Badurbagan, en Calcutta. En ese tiempo, los devotos a menudo organizaban festivales en sus casas los domingos, e invitaban a Sri Ramakrishna y otros devotos. Contrataban a un cantor y músicos para entretener al Maestro y preparaban un suntuoso banquete. Girish, Ram y Kalipada eran los organizadores. Una vez, mi padre organizó un festival en nuestro salón de cultos e invitó al Maestro con sus devotos. Se contrató a un erudito para leer el Bhagavata. El Maestro había estado sentado en el salón de cultos pero de repente se levantó de un salto y corrió al patio para pararse cerca del cantor y los músicos, en la postura de Krishna con una flauta en sus manos. Fue una visión maravillosa. Los otros devotos rodearon al Maestro en círculo cantando kirtan en coro. Mi padre trajo una larga guirnalda de flores para el Maestro y se la puso alrededor del cuello. Después del kirtan, el Maestro se sentó en su asiento y gradualmente fue bajando de su estado extático. Mi padre vio en su rostro una luz brillante. Primero pensó que era una ilusión óptica y entonces fue a lavarse los ojos. Pero después, de nuevo vio la misma luz. Atónito, le preguntó a su hermano Jaygopal si él veía algo inusual en el Maestro. "No, se lo ve como siempre", respondió su hermano. Finalmente, mi padre se dio cuenta de que el Maestro, por su gracia, le había mostrado su forma divina, luminosa.
Nistarini, la esposa de Navagopal, recordó: "Un día, el Maestro vino a nuestra casa. Se habían reunido algunos devotos para verlo. Cuando llegó, subió la escalera directamente y quedó un tiempo conversando conmigo. En ese tiempo, yo tenía un cuadro de Krishna en mi oratorio, y le dije que estaba ansiosa de tener una visión de Krishna . Él bajó las escaleras y fue adonde los devotos estaban cantando kirtan. En su cuello, colocaron una pesada guirnalda de flores que le llegaba a los pies. De pronto, asumió la exacta postura de Krishna y entró en samadhi. Viéndolo, todos los devotos también entraron en un estado superior de conciencia. Más tarde, él me preguntó si ahora estaba satisfecha; le dije que me hubiera gustado ver a Radha al lado de Krishna. Él sonrió y replicó: "Oh, vas a tener que esperar un tiempo para eso".
Cierta vez, Ramakrishna le dijo a Swami Vijnanananda: " En la encarnación como Krishna, jugué con los niños pastores y las pastorcitas o gopis, en Vrindaban".
Vijnanananda recordó: "Yo era entonces un estudiante universitario y no podía creer en lo que el Maestro había dicho. Cuando percibió mi duda, el Maestro comenzó a describir el amor de las gopis por Krishna:"El amor de las gopis era un genuino amor divino. Estaban locas por Krishna. Cuando oían Su flauta, dejaban a sus maridos y corrían adonde estaba Él. Aunque Krishna no era rico, ellas Lo amaban más que a sus propias vidas. Le ofrecieron sus cuerpos y mentes, todo, a Krishna. Está escrito en el Bhágavata que Krishna jugaba con las gopis durante la noche del plenilunio de otoño. Durante el rasalila, Krishna estaba inmerso en samadhi y las gopis también estaban en éxtasis.".
Cuando decía esto, el Maestro perdió la conciencia exterior y se sumergió en samadhi. Yo también estaba absorto en un ánimo divino mientras pensaba en el juego de Krishna con las gopis. En esos momentos, estar en el campo de influencia del Maestro, era lo mismo que estar en el lugar donde se realizó el festival de rasa. Cuando yo me encontraba en ese entorno, desaparecía el velo de ignorancia que había cubierto mi comprensión de la rasalila. Tuve una maravillosa experiencia sobre la rasalila. Cuando el Maestro bajó del samadhi, me miró y sonrió. Yo quedé estupefacto.
Un día, en Dakshineswar, el Maestro le dijo a su sobrino Ramlal: "Quiero ponerme ropas amarillas como las de Krishna". Ramlal tomó una prenda nueva y la sumergió en agua que había sido mezclada con pasta de cúrcuma. Cuando se secó, el Maestro se puso esa prenda con una guirnalda. Señalando la prenda y la guirnalda, dijo: "Oh, Pitámbara(el que está vestido con ropa amarilla)! , Vanamali!(el que lleva una guirnalda) ". Repitiendo estos epítetos de Krishna, entró en éxtasis y comenzó a rodar por el suelo. La ropa cayó de su cuerpo y la guirnalda se hizo pedazos. Entonces, Ramlal lo cubrió al Maestro con una prenda blanca y comenzó a alabar a Krishna. El Maestro quedó sentado inmóvil.
Ramakrishna como Radha
Swami Saradananda escribió: "Cuando el Maestro comenzó a practicar madhura bhava, anhelaba vestirse con ropa y joyas de mujer;. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Hriday dijo: "durante ese período, en Dakshineswar, todas las mañanas, mi tío tomaba un canasto y juntaba flores del jardín . Observándolo, notamos que siempre comenzaba a caminar con el pie izquierdo, como lo hacen las mujeres. La Brahmani dijo: "Cuando lo veía juntando flores, muchas veces lo confundía con Radha".Cada día, después de juntar flores, hacía hermosas guirnaldas y decoraba con ellas la imagen de Radha y Krishna. A veces, adornaba la imagen de la Divina Madre y le rogaba con voz suplicante, como hacían las gopis a la diosa Katyayani, pidiéndole que les diera a Krishna como su consorte espiritual." Como resultado, pronto fue bendecido con la visión de Radha. Su forma se sumergió en él , como lo habían hecho las formas de otros dioses y diosas cuyas visiones había realizado previamente. Dijo: 'Es imposible describir la belleza incomparable, pura y celestial y la dulzura de Radha, que renunció a todo por su apasionado amor por Krishna. El color de su tez era amarillo claro, como los estambres de kla flor nagkeshara(mesua ferra)
Swami Vivekananda también vio a Radha en el Maestro, como está registrado en La Vida de Swami Vivekananda : “Una noche soñó que Sri Rasamakrishna llegó hasta él y le dijo: `Ven. Te voy a mostrar a la Gopi Radha’. Narendra (Vivekananda) lo siguió.Después de caminar un trecho, el Maestro se volvió hacia Narendra y le dijo: ‘¿Adónde más vas a ir?’ Mientras decía esto, Sri Ramakrishna se transformó en la hermosa personalidad y exquisita forma de Radha misma. Esto impactó tanto en la mente consciente de Narendra que, mientras anteriormente él sólo había cantado cantos del Brahmo Samaj referidos a Brahman sin forma, a partir de ese momento cantaba cantos sobre el amor espiritual de Radha.wami Saradananda continúa: "Sabiendo que la visión de Krishna es imposible sin la gracia de Radha, el Maestro comenzó a adorarla con todo su corazón. Permanecía absorto en meditación sobre Su forma amorosa y Le rogaba sin cesar con todo el anhelo de su alma. Como resultado, pronto fue bendecido con la visión de Radha. Su forma se sumergió en él, como lo habían hecho las formas de otros dioses y diosas cuyas visiones había previamente realizado. Dijo: "Es imposible describir la incompatable, pura, belleza celestial de Radha, quien renunció a todo por su apasionado amor a Krishnna. Su tez tenía el mismo color amarillo claro que tienen los estambres de la flor de nagakeshara (mesua ferra)) .'
"Por algún tiempo, a partir de esa visión, el Maestro sintió que él era Radha. Esto sucedió como resultado de su profunda meditación en la forma y el carácter de Radha. Perdió completamente su sentido de una identidad separada".
Gangamata de Vrindaban también vio la
presencia de Radha en Ramakrishna . Sawami Saradananda escribió: “Gangamata
tenía entonces alrededor de sesenta años.
Después de observar su exuberante amor por Radha y por Krishhna durante un largo período de tiempo, la gente sel lugar había llegado a considerarla como una reencarnación de Lalita, la confidente femenina de Radha, quien había descendido a latierra para enseñarle a la gente el amor divino. El Maestro nos dijo que cuando ella lo vio por primera vez, reconoció en él la misma manifestación de mahabhava que había visto en Radha. Comprendió que él era una reencanavión de Radha misma y lo llamaba 'Dulali' , amiguita querida. Gangamata se consideraba bendita por haber encontrado a Dulañi sin ningún esfierzonde su parte y comprendió que su servicio por toda una vida y su amor por el Señor habían sido recompensados."
Después de observar su exuberante amor por Radha y por Krishhna durante un largo período de tiempo, la gente sel lugar había llegado a considerarla como una reencarnación de Lalita, la confidente femenina de Radha, quien había descendido a latierra para enseñarle a la gente el amor divino. El Maestro nos dijo que cuando ella lo vio por primera vez, reconoció en él la misma manifestación de mahabhava que había visto en Radha. Comprendió que él era una reencanavión de Radha misma y lo llamaba 'Dulali' , amiguita querida. Gangamata se consideraba bendita por haber encontrado a Dulañi sin ningún esfierzonde su parte y comprendió que su servicio por toda una vida y su amor por el Señor habían sido recompensados."
Suresh Chandra Datta escribió: "Una vez, durante el festival de Krishna, el Maestro fue al templo de Radha-Krishna en Dakshineswar. Estaba entonces en el estado de ánimo de Radha. Comenzó a esparcir alegremente polvo colorado sobre la imagen de Krishna y cantó: "Peleando hoy contigo con color, veamos quién gana, si tú o yo". Los que presenciaron esta escena quedaron sobrecogidos."
Ramakrishna como Radha y Krishna en una forma
Swami Saradananda escribió: "Cada uno de los devotos del Maestro ha visto en él la coexistencia de estados de ánimo masculinos y femeninos en mayor o menor grado. Cierta vez, Guirish experimentó esto y valientemente preguntó: "Señor, ¿es usted un hombre o una mujer?" El Maestro replicó con una sonrisa: "No lo se".
Durante su sádhana de madhura bhava (en la actitud de una amante hacia su amado), el Maestro se vestía como una mujer. Hriday dijo: "Cuando el Maestro estaba rodeado por mujeres, era difícil reconocerlo de inmediato, hasta para sus familiares más cercanos. Un día, durante ese tiempo, Mathur me llevó a los aposentos de las mujeres de su casa en Janbazar y dijo: '¿puedes decirme cuál de ellas es tu tío?' y aunque yo había estado viviendo con él por tanto tiempo sirviéndolo diariamente, no pude reconocerlo al principio".
Durante el Durga Puja en Janbazar, el Maestro estaba abanicando a la Divina Madre y Mathur no lo reconoció en absoluto. Cuando la mujer de Mathur le dijo más tarde que esa persona era el Maestro, Mathur quedó estupefacto. Y dijo "Es por eso que digo, que aún en asuntos triviales, nadie puede reconocer al Padre si él no se da a conocer". Mira, yo estoy conviviendo con el Padre 24 horas por día, ¡y aún así no pude reconocerlo!"
Mahendra Datta escribió: "Cierta vez, algunas actrices fueron a verlo al Maestro en Dakshineswar. Lo entretuvieron actuando en los roles de Sita y Savitri. El Maestro también las entretuvo, actuando como una mujer cantante de kirtan, en el papel de mensajera entre Radha y Krishna. Imitó a esas mujeres cantantes cómo levantan los grandes aros de sus narices y escupen después de mascar hojas de betel, cómo mueven sus manos, sus nucas y sus cabezas. Asombradas, las actrices dijeron: 'Siendo monje, ¿cómo puede él conocer todos esos gestos de las mujeres?'
Más adelante, el Maestro les contó a los devotos su experiencia de Purusha y Prakriti: "¡Oh, por qué estado pasé!Algunos días los pasé absorto en Shiva y Durga, algunos días estuve absorto en Radha y Krishna y otros días estuve absorto en Sita y Rama. Asumiendo la actitud de Radha, lloraba por Krishna; y asumiendo la actitud de Sita, lloraba por Rama." "Meditaba día y noche en Sita y Rama. En esos tiempos, veía constantemente las formas de Sita y Rama. También, solía quedar absorto en el ideal de Radha y Krishna - la armonización de dos ideales: Purusha y Prakriti."
Atul Chandra Ghosh vio en Sri Ramakrishna las formas unidas de Radha y Krishna. Akshay Kumar Sen describe este episodio en su libro Sri Ramakrishna Punthi. Swami Abhedananda escribió en su autobiografía:
Akshay Kumar Sen describe este episodio en su libro Sri Ramakrishna Punthi. Swami Abhedananda escribió en su autobiografía:
Atul, el hermano de Guirish, era un gran devoto del Maestro. Podóa definir la condición de un paciente tomándole el pulso. Por esa razón, a veces, el Maesto lo llamaba. En una ocasión, a las diez de la noche, Atul vino desde Baghbazar y encontró que el portón de la casaquinta de Cossipore estaba cerrado. Golpeó varias veces en el portón pero no obtuvo respuesta. Aún así, siguió golpeando. Finalmente, el hermano Gopal oyó los golpes y abrió el portón. Atul subió la escalera para ver al Maestro. Allí vio que Sashi estaba abanicando al Maestro y Latu estaba durmiendo en otra parte del cuarto. Viéndo a Atul, Sashi le pasó el abanico y fue abajo para descansar. El Maestro, cubierto por un chal, estaba durmiendo.