lunes, 25 de agosto de 2014

COMO VIVIR CON DIOS, de Swami Chetanananda-Capítulo 11: RAMAKRISHNA Y LOS BOHEMIOS



          Según el Bhagavad Guita, Dios se encarna como ser humano en cada época, cada vez que declina la rectitud y prevalece la irreligiosidad. Primero restablece la eterna religión, segundo protege a los buenos y tercero destruye a los malos. Sri Ramakrishna es un avatar, entonces tendrá esas características.


                     Ramakrishna   restableció   la   religión 
          En la historia religiosa de India, el siglo XIX fue un período caótico. Muchísimos movimientos religiosos se desarrollaron, se disolvieron y pasaron al olvido. La India estaba entonces bajo el dominio de los ingleses, los franceses y los portugueses. Los misioneros cristianos aprovecharon esta oportunidad para convertir a los hindúes, amparados en los gobernantes cristianos. Los científicos y filósofos occidentales atacaron vehementemente los ideales religiosos tradicionales de la India y declararon la supremacía de la ciencia moderna. Algunos hindúes educados adoptaron estos ideales y aceptaron su premisa: la meta de la vida no es Dios sino los placeres sensorios. Comamos, bebamos y seamos felices. 
          Durante este período tumultuoso Ramakrishna restableció exitosamente la eterna religión de la India por medio del razonamiento y la experiencia. Practicó el hinduismo, luego el islam y el cristianismo. Por medio de cada sendero alcanzó la misma verdad y luego declaró: "Tantos tipos de fe, tantos senderos". Así Ramakrishna predicó la armonía de las religiones en esta época moderna.  


                      Ramakrishna  protegió  a  los  buenos

          Como avatar, Ramakrishna protegió a gente buena de la trampa de maia y transformó a gente mala en buena. En verdad, Ramakrishna protegió a cualquiera que tomara refugio en Él, bueno o malo, piadoso o pecador, rico o destituido, devoto o borrachón. Por esta razón, algunos puritanos y críticos de mente estrecha lo acusaron de no mostrar suficiente repudio a las prostitutas y la gente inmoral. También lo acusaron de dar refugio a gente que era inmoderada en sus hábitos. Max Müller, el famoso orientalista alemán, dio una explicación satisfactoria a la tolerancia de Ramakrishna en su libro  Ramakrishna, su vida y sus dichos :  "Si, como se me dice, él no mostró suficiente repudio moral contra las prostitutas, no se encuentra del todo solo en esto entre los fundadores de religiones. Si no honró el principio de la total abstinencia de las bebidas alcohólicas,  que yo sepa nadie lo acusó jamás de beber en exceso".   Respecto de esta segunda acusación, el Swami Vivekananda observó:  "¡Formidable acusación, realmente! ¿Por qué el Mahapurusha (Ramakrishna) no echó a puntapiés y ahuyentó con repugnancia a los borrachos, las prostitutas, los ladrones y todos los pecadores de este mundo?"
Hay un dicho: "Una iglesia no es un museo de santos. Es un hospital para pecadores". 


                    Ramakrishna   destruyó   el   mal

       Podrán decir que aunque Rama mató a Rávana y otros demonios y Krishna mató a Kamsa y otros, Ramakrishna no destruyó a nadie. Esto es cierto. Sabemos por las biografías de Ramakrishna, que Él nunca dirigió una sola palabra dura a nadie, ni hablar de castigar a los malvados. Su vida estuvo llena de amor y sublimidad y su cuerpo era extremadamente frágil. Ramakrishna puede no haber destruido ningún demonio o vencido a ninguna persona perversa pero tenía la maravillosa habilidad de erradicar las malas tendencias en los demás.  Lo sutil es más poderoso que lo denso. Matar a un hombre es fácil, pero es muy difícil destruir sus malas tendencias. Ramakrishna mató al más poderoso demonio de esta época: la duda. Por medio de su divina vida y sus experiencias espirituales, destruyó toda duda en aquellos que llegaron a Él. Realizó a Dios e impartió esa realización a los discípulos occidentalizados que lo desafiaron. Es así como encontramos que estaban presentes en Ramakrishna las tres características de un avatar. (encarnación de Dios)


              Ramakrishna   y   Guirish   Chandra   Ghosh
         
          Es realmente asombroso cómo Ramakrishna, teniendo una naturaleza tan dulce, tierna y frágil, pudo arreglárselas con los bohemios. El famoso actor y dramaturgo Guirish Chandra Ghosh era un rebelde, borracho, libertino, ateo y completamente bohemio. Se presentó ante Ramakrishna diciendo: "Yo soy un pecador". Ramakrishna: "El infeliz que constantemente está machacando sobre el pecado se vuelve un pecador". Guirish: "Señor, allí donde yo solía sentarme el mismo suelo se volvía impuro". Ramakrishna: "¿Cómo puedes decir eso? Suponte que alguien lleva una luz a un cuarto que estuvo en la oscuridad por mil años. ¿Iluminará el cuarto poco a poco o de repente?" 
           Había pocos pecados a los que Guirish no se hubiese entregado. Una vez dijo: "Bebí tanto vino en mi vida que si las botellas estuvieran apiladas una sobre la otra, habrían alcanzado la altura del Monte Everest."
          " Una noche, cuenta Guirish, yo estaba borracho y eufórico e iba a visitar un prostíbulo con dos de mis amigos. Pero de repente sentí un ardiente deseo de visitar a Sri Ramakrishna. Los tres amigos alquilamos un coche y fuimos a Dakshineswar. Ya era noche cerrada y todos estaban dormidos. Los tres entramos a la habitación de Ramakrishna borrachos y bamboleándonos. Ramakrishna tomó mis manos y comenzó a cantar y a bailar en éxtasis. De repente me vino la idea: 'Acá hay un hombre con un amor tal que abarca a todos, incluso a un hombre perverso como yo, cuya familia me hubiera condenado al verme en este estado. Seguramente este santo, respetado por los justos, es también el salvador de los caídos' ".
          Guirish se entregó, se refugió en Ramakrishna, haciéndolo su apoderado. Tenía 125% de fe en el Maestro y sabía que el Maestro era un avatar y el salvador de las almas.  Años más tarde solía decir: "Si yo hubiera sabido que existe una sepultura tan inmensa en la que uno puede tirar sus pecados, hubiera cometido muchos más".
           La transformación de Guirish es hoy algo legendario. Ramakrishna le dijo: "Guirish Ghosh, no te preocupes, la gente va a quedar sorprendida por tu transformación.
         Algunos dicen que Ramakrishna enfermó de cancer por haber tomado sobre si los pecados de Guirish y otros como él. Cando el Maestro vivía en Cossipore, Guirish no lo visitó muy a menudo porque no soportaba verlo enfermo. Un día fue allí después que el Maestro había comido un poco de postre de maizena. La taza sin lavar con los restos del postre mezclados con las secreciones de la herida de su garganta estaba todavía en el suelo y algunas hormigas estaban comiéndolo. Señalando la taza, el Maestro le dijo a Guirish: "Mira, y todavía la gente me llama un avatar". Guirish inmediatamente observó: "Señor, ahora aún estas hormigas van a lograr la liberación , porque ¿por qué otra razón habría usted de sufrir esta enfermedad?



                                           Ramakrishna   y   Surendra   Nath   Mitra  


            Surendra Nath Mitra parecía ser un típico joven de su época, de mente abierta, despreocupado e indiferente a la religión. Era hermoso y tenía buena figura. Ocupaba un cargo bien pago como agente comercial en la Dost Company, una firma británica importante en Calcuta. Estaba casado pero no tenía hijos. La mayor parte de sus amigos eran bohemios y como ellos, Surendra a menudo se embriagaba y era promiscuo. Al mismo tiempo, sin embargo, era franco y sincero, de gran corazón y extremadamente generoso. A los treinta años, Surendra conoció a Ramakrishna. 
          Aunque sus recursos económicos eran buenos, su conducta licenciosa estaba deteriorando su paz mental. Hasta llegó a pensar en suicidarse. Ram Chandra Datta era vecino de Surendra y sabía de su angustia. Ram había estado visitando a Ramakrishna en Dakshineswar por algún tiempo. Como quería ayudarlo a Surendra, muchas veces le pidió que lo acompañara. Pero Surendra siempre se negaba. Decía: "Mira, es muy bueno que tú lo respetes, pero ¿por qué quieres que yo vaya a verlo? Yo voy a sentar mal allá, como una grulla entre cisnes.  ( Surendra bromeaba con la palabra hamsa, que significa o bien cisne, o bien alma. La palabra Paramahamsa significa un sannyasin de la más alta categoría, o sarcásticamente un gran cisne ) . Yo ya vi bastante de todo eso". Ram se sintió herido por esta observación burlona sobre su gurú, pero no desistió. Después de mucha persuación, Surendra finalmente accedió: "Muy bien, voy a ir, pero si ese santo tuyo es un estafador voy a retorcerle las orejas". Con esa actitud Surendra se acercó a Ramakrishna.
           Gradualmente su vida cambió: se volvió un gran devoto y un proveedor para las necesidades del Maestro. Lo amó y lo sirvió de todo corazón y más tarde fue el primer patrono del Monasterio de Ramakrishna en Baranagore.


                     Ramakrishna   y   Kalipada   Ghosh

         Kalipada fue otra de esas almas sin rumbo que Ramakrishna salvó. Como Guirish era completamente bohemio, libertino y borracho. Swami Adbhutananda relató en sus reminiscencias cómo Ramakrishna transformó la vida de Kalipada :
         Una noche, Guirish Babu llegó con Kalipada Ghosh. Kalipada estaba terriblemente borracho. Se negaba a darle dinero a su familia y lo gastaba en vino. Pero su mujer era muy pura. Escuché que muchos años antes, ella había llegado al Maestro en busca de alguna clase de medicina que cambiara las tendencias de su marido. El Maestro la mandó a la Santa Madre. La Santa Madre la mandó de vuelta al Maestro. Él de nuevo la mandó a la Santa Madre y este intercambio se repitió tres veces. Finalmente, la Madre escribió el nombre del Maestro en una hoja de bel que había sido ofrecida al Señor y se la dio a la mujer de Kalipada  diciéndole que cantara el nombre del Señor.
          La mujer de Kalipada cantó el Nombre del Señor por doce años. El día que el Maestro lo vio a Kalipada por primera vez,  observó: "Este hombre vino aquí después de atormentar a su mujer por doce años". Kalipada se estremeció pero no dijo nada.
          Entonces el Maestro le preguntó :  "¿Qué quieres?"
          Sin empacho, Kaliada pidió: "¿Puede darme un poco de vino?"
          El Maestro sonrió: "Sí, puedo. pero el vino que yo tengo causa tanta borrachera que no vas a poder soportarlo".
          Kalipada lo tomó al pie de la letra y preguntó: "¿Es auténtico vino inglés? Por favor, deme un poco para remojar mi garganta".
          "No, no es vino británico", dijo el Maestro, aun sonriendo, es totalmente casero. Este vino no se le puede dar a cualquiera  porque no cualquiera lo aguantaría. Si alguien lo prueba aunque sea una sola vez, después de eso el vino británico le va a parecer insípido para siempre. ¿Estás listo para tomar mi vino en vez del  otro?"
          Por un rato, Kalipada se quedó pensativo y luego le escuché decir: "Por favor deme ese vino que me va a embriagar para toda   la vida". El Maestro lo tocó y Kalipada comenzó a llorar. Nosotros tratamos de calmarlo pero él siguió llorando a pesar de nuestros intentos.
          Un día, el Maestro le pidió a Kalipada que abriera la boca y sacara la lengua. Entonces, con su dedo, el Maestro escribió un mantra sobre ella. A partir de allí cayó un telón sobre el capítulo oscuro en la vida de Kalipada. Toda su personalidad cambió y la gente quedaba perpleja al ver su transformación espiritual. Más tarde, él siempre lloraba cuando cantaba el nombre de Ramakrishna.




                      Ramakrishna   y   Manmatha

      Swami Akandhananda, un discípulo monástico de Ramakrishna, escribió la siguiente historia de Manmatha, quien había sido contratado para intimidar al Maestro:

         "Sri Ramakrishna a menudo visitaba a los devotos en sus casas en Calcuta. Una vez fue a casa de Yoguin-ma en Nebubagan, Baghbazar. A Hiralal, hermano de Yoguin-ma, no le gustaba que su hermana visitara al Maestreo en Dakshineswar. Nos llegó la noticia de que cuando Yoguin-ma invitó al Maestro a su casa, Hiralal lo contrató a Manmatha, un famoso gimnasta y luchador de Gosainpara, para que lo asustara. Manmatha llegó y escuchó unas pocas palabras del Maestro. Inmediatamente cayó a Sus pies y dijo con lágrimas en los ojos: "Mi Señor, yo soy un delincuente. Por favor perdóneme". El Maestro dijo: "Muy bien, ven un día a Dakshineswar".
               Yo tenía muy buena relación con Manmatha. Él me pidió: "Por favor, acompañame a Dakshineswar. El Maestro me pidió que lo visitara. Entonces fijamos una fecha y fuimos allí en coche. Llevamos para Él un pote de rasagollas (bollitos dulces y jugosos) de Navin Maira, un famoso confitero.
       No sería ningún despropósito aquí contar algo sobre Manmatha. Era un gran gimnasta y sus fuerzas eran tales que podía hacer frente él solo a un centenar de personas. Todos los domingos, dos grupos de muchachos de la Escuela Vidyasagar solían competir para determinar cuál era el más fuerte. Una vez, el grupo de Baghbazar lo contrató a Manmatha.  Cuando comenzó la lucha entre el grupo de Baghbazar y el de Shyampukur, el primero salió corriendo, ya que el segundo era más fuerte. Manmatha peleó solo, hasta que cayó al suelo y el grupo rival lo golpeó despiadadamente con las vigas de las barras paralelas. Complacido, el grupo de Shyampukur le dijo a Manmatha: "¡Bravo! Nos venciste al recibir esta paliza tan fuerte. Probablemente no haya en toda Calcuta una sola persona que hubiera podido soportar semejante tunda."
          Una vez, en Baghbazar, se organizó una representación teatral de amateurs. En el drama Sarat-Sarojini, Manmatha actuó haciendo el papel de un ladrón. Cuando apareció sobre el escenario con un rugido, vestido con ropajes de seda roja y una peluca hirsuta, toda la audiencia tembló de miedo. 
               Manmatha también trabajó como guardaespaldas de Priya Mitra, el único hijo de Kirti Mitra, un muy adinerado vecino de Calcuta. Manmatha era un acabado bohemio. Había desechado su cordón sagrado y comía comida prohibida.
               Cuando llevé a Manmatha al Maestro, Él lo recibió con cariño y le habló. Yo dije: "Señor, este muchacho es un rufián famoso y hasta las bandas de ladrones de Calcuta lo temen. Aveces alguna de esas bandas lo contrata. El Maestro empujó su cuerpo con un dedo y preguntó: "A ver, ¿es cierto eso? ¡Oh, qué duro es tu cuerpo!"
                 El Maestro se enteró de que Manmatha había renunciado al cordón sagrado, entonces le preguntó "¿Por qué no usas el cordón sagrado?" Manmatha replicó: "Señor, me siento incómodo porque se empapa con la traspiración". El Maestro le pidió que lo volviera a usar. Luego lo acompañó hasta el templo de Kali y allí lo bendijo.
                 En nuestra siguiente visita al Maestro fuimos por bote y le llevamos rasagollas. Esta vez también el Maestro le dio algunos consejos. Después de esto, Manmatha no habló abiertamente con nadie sobre la gracia que había recibido del Maestro. Exteriormente nadie podía ver ningún signo de su transformación.
                 Algunos años más tarde, cuando yo estaba viajando por los Himalayas, el Swami Shivananda me contó lo siguiente sobre el cambio de Manmatha: "Manmatha está viviendo en la casa de su tío materno, cerca del templo de Siddheswari en Baghbazar. Ahora él es un hombre completamente diferente. Su cuerpo fuerte y musculoso está flaco y su cabeza cubierta de pelo lanudo. Se lo ve completamente indiferente hacia su cuerpo".
                 Después de vivir algunos años en el Tibet,  retorné al monasterio de Baranagore, en 1890. Una tarde llegó Manmatha. Andaba descalzo y estaba cubierto por una sola pieza de tela. Con las manos juntas, lloraba: "Priyanath, Priyanath ¡Oh mi querido Señor!" En ese momento estaban en el monasterio el Swami Vivekananda y otros Swamis. Cantamos cantos devocionales y hablamos sobre el Maestro. Swami Vivekananda le pidió a Manmatha que se sentara sobre nuestra cama pero él se sentó en el suelo. Con las manos juntas solo repetía  "Priyanath, Priyanath", y nada más. Lo llevé hasta la capilla y le di un poco de prasad. Después se fue, repitiendo "Priyanath, Priyanath".
                 Cinco años más tarde, fui a verlo y encontré que estaba mirando el sol sin parpadear. No tenía ninguna conciencia externa. Estaba vestido con ropa color ocre y llevaba el cordón sagrado sobre su hombro. Su fornido cuerpo estaba ahora delgadísimo debido a severas austeridades. Estaba completamente indiferente al mundo exterior. Quedé muy sorprendido viendo la transformación de Manmatha obrada por el divino toque de Sri Ramakrishna. Pocos días más tarde, supe que Manmatha acababa de morir de cólera. 


                              El  amor   y   la   aceptación   de   Ramakrishna
        
                Las personas que acompañaron a Sri Ramakrishna en Su divino juego venían de todos los niveles de la sociedad. Él les daba la bienvenida a santos y pecadores, agnósticos y ateos, devotos y gñanis (conocedores), ricos y pobres, borrachos y prostitutas, críticos e hipócritas, actores y cantores, estudiantes y profesores, jueces y abogados, doctores y eruditos, entre otros. Por Su poder espiritual, por Su abnegado amor, Su perspectiva liberal, Su comportamiento dulce y simple, Su pureza y renunciación y sobre todo por su magnética personalidad atrajo a todo tipo de personas. Todos sentían que el Maestro era muy suyo.  La vida de Ramakrishna demostró  cómo el puro amor y no la fuerza puede transformar a las almas díscolas. 

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